jueves, 21 de agosto de 2014

Respiración:




“Todas las lenguas antiguas utilizan para designar el aliento la misma palabra que para alma o espíritu. Respirar viene del latín spirare y espíritu, de spiritus, raíz de la que se inspiración tanto en el sentido lato como en el sentido figurado. 

En griego psyke significa tanto hálito como alma. En indostánico encontramos la palabra atman que tiene evidente parentesco con el atmen (respirar) alemán. 

En la india la persona que alcanza la perfección se le llama Mahatma, que textualmente significa tanto alma grande como aliento grande. La doctrina hindú nos enseña, también, que la respiración es portadora de la auténtica fuerza vital que el indio llama prana. 

En el relato bíblico de la Creación se nos cuenta que Dios infundió su aliento divino en la figura de barro convirtiéndola en una criatura vida, dotada de alma” (Dethlefsen, T 1983, 43). 

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